A partir de los 3 años comienza la escolarización para los niños. Un cambio a muchos niveles. Comienza la socialización con otros niños de su edad. Llegan las primeras frustraciones y la competitividad en el juego. Es una época en la que los niños crecen a pasos agigantados. Y no sólo físicamente, su forma de jugar varía según avanza su capacidad motora, psicológica y lingüística.
Cómo son los niños de 3-4 años
A esta edad los niños son capaces de mantener durante más tiempo la atención y los juegos son más cooperativos y con reglas. Les encanta las historias y los personajes fantásticos. Hacia los 4 años empiezan a diferenciar la realidad de la ficción y comienza la etapa del “por qué”.
El lenguaje empieza a ser más claro y pueden expresar los juegos que prefieren. Es la etapa de “lo hago yo sólo”. Una independencia que podemos apoyarles con juegos que puedan hacer ellos con sus manos, como colorear, recortar, construir…
Con 3 y 4 años empiezan a vestirse solos. Podemos proponerles juegos donde los cordones de zapatos, las cremalleras y los botones sean los protagonistas.
Juegos en casa
Las manualidades para niños entre 3 y 4 años es una forma óptima de que los pequeños desarrollen su creatividad e imaginación. Y no se necesita comprar grandes cosas. Papeles, cartulinas o cartones que tengamos por casa, tijeras, pegamento, pinturas y hasta pinceles con acuarelas o témperas. Dejadles libertad para que pinten y coloreen a su antojo.
Plastilina. Hoy en día encontramos plastilinas que no se secan y que incluso botan. Son pastas muy divertidas que venden con multitud de accesorios, que permiten a los niños dar rienda a su imaginación.
Rompecabezas. Los niños a estas edades pueden empezar a realizar rompecabezas sencillos con ayuda de mamá y papá, de 24 piezas por ejemplo.
Obras de teatro. Podéis inventar pequeños papeles para interpretar una historia sencilla en la que ellos sean los protagonistas. Los piratas, animales o seres fantásticos son los personajes favoritos de los niños.
¡A disfrazarse! A los niños les encanta disfrazarse. Utilizad ropa y complementos que tengáis por casa, como sombreros, pañuelos, gafas, collares o ropa que ya no utilicéis. ¡Y no olvidéis el maquillaje!
Simón dice. Un juego que ayuda a la socialización del niño. Consiste en jugar en grupo, uno de ellos será Simón, que es el que da la órdenes y los demás deben cumplirlas. Simón eliminará a los que no acatan las normas o las ignoran hasta que quede un ganador. Es un juego que sirve además para estimular el lenguaje.
¡Veo, veo! A partir de los 3 años el lenguaje es más claro y entienden bien lo que se les dice. Jugad a buscar objetos que conozcan bien y que estén a la vista con pistas que le vayáis dando.
¡A bailar! A los niños les encanta la música. Busquemos una con ritmo y convirtamos el salón en una pista de baile. Podemos aprovechar para jugar al juego de las estatuas. Comenzaremos todos a bailar hasta que la música la pare alguien y todos quedemos quietos como estatuas. Una actividad divertida donde el niño debe prestar atención.
El baile de las sillas. Es un clásico de las fiestas infantiles. Música y varias sillas, dependiendo del número de niños y a ¡jugar! El que se quede sin silla cuando pare la música, pierde.
Construcciones magnéticas. Podemos encontrar de distintos tipos, en madera o plástico. Lo importante es dejar a los niños libertad para construir figuras.
Juegos de memoria. Son juegos educativos que no son excesivamente caros. A través de unas fichas con dibujos, los niños tienen que fijarse bien porque luego les haremos preguntas, como de qué color era un objeto, qué forma tenía, si estaba arriba o abajo, dentro o fuera… Estamos ayudando a su desarrollo cognitivo.
Juegos al aire libre
Podemos aprovechar los días soleados para salir fuera a jugar y de paso a hacer ejercicio. Los juegos infantiles tradicionales son muy variados y encajan muy bien en niños de 3 y 4 años. Son fundamentales para su desarrollo porque transmiten valores como la amistad, la creatividad, el deporte, la frustración y a saber perder y ganar.
La rayuela. Necesitaremos unas tizas para dibujar en el suelo los cuadrados con los números del 1 al 10. Hay que lanzar una piedra dentro de cada recuadro. Donde cae no hay que pisar y el niño realizará ese circuito de números a la pata coja o a dos pies, si el cuadrado es doble.
Saltar a la comba. Divertido y a la vez hacen ejercicio. Ayuda a los niños a mejorar su coordinación de brazos y piernas, a mantener el equilibrio, velocidad y agilidad.
Gallinita ciega. Se juega en grupo. A uno de los niños se le venda los ojos y tiene que dar vueltas sobre sí mismo, cantando la canción: “Gallinita ciega se te ha perdido una aguja y un dedal, date la vuelta y lo encontrarás”. Después tiene que encontrar a los demás y pillarlos.
El juego del pañuelo. Dos equipos con el mismo número de niños. A cada miembro se le asigna un número, que estará emparejado con el equipo rival. Una persona hace de juez con un pañuelo en la mano e irá diciendo un número cada vez. Los dos participantes que lo tengan tendrán que salir a coger el pañuelo, si el que lo coge es pillado por su contrincante pierde.
El escondite. Se trata de un juego que se puede ir adaptando a cada edad del niño. Sobre los 3-4 años, los pequeños tienen mayor capacidad de manejarse con el espacio y el tiempo. Además les ayuda a aprender los números y a contar.
Jugar a la pelota. Una de las actividades preferidas de niños y niñas. Desarrollan su equilibrio, coordinación motora y ponen a prueba sus habilidades con manos y pies.
El escondite inglés. Tradicional juego en el que uno de los niños, que no debe mirar al resto, es el que dice en voz alta: “1,2,3… al escondite inglés, sin mover las manos ni los pies”, mientras los compañeros van avanzando hacia él. Se van eliminando participantes, según son pillados moviéndose, hasta que quede uno que será el ganador.
La zapatilla por detrás. Uno de los juegos tradicionales de toda la vida, en el que juegan sentados en el suelo en forma de círculo. El niño que la “liga” deberá esconder un zapato detrás de uno de los participantes mientras que se canta la famosa canción de la “zapatilla por detrás, tris, tras…” Fomenta jugar en grupo y la empatía entre los niños.
La bicicleta. Si empiezan con una sin pedales, les ayudará con el equilibrio y la velocidad. Así será más fácil aprender a montar en una bici cuando sean más mayores.
En estas edades hay mucha diferencia entre un niño y otro. La madurez es completamente diferente en cada pequeño. Por eso, hay que fomentar los juegos en función de su desarrollo físico, cognitivo y lingüístico.
